jueves, 13 de septiembre de 2012

RECONSTRUCCIÓN DE LA ANTIGUA CAPITAL AZTECA


A pesar de la opinión contraria de la mayoría de sus compañeros, Cortés decidió construir la ciudad de México (o, como se llamó durante algún tiempo Tenochtitlan-Tlatelolco) sobre la antigua capital azteca. Empleó en la reconstrucción a 400.000 indígenas. Las casas populares de adobes quedaron destruidas en la toma de la ciudad, de la que sólo subsistieron algunos palacios y las ruinas del teocalli. Aun esas mismas ruinas fueron demolidas para obtener un solar en que construir una ciudad completamente nueva, a la que aspiraba Cortés por razones políticas. Los canales fueron cegados con los escombros, las calles se ensancharon, se construyeron otras en lugar de los canales y en menos de cuatro años nació una población nueva, adaptada a los nuevos ocupantes, que conservaba, sin embargo, el plano general de la anterior y algunos de sus viejos servicios, como los canales de avenamientos subterráneos. Sobre la vieja plaza azteca del teocalli surgió la plaza Mayor, el Zócalo actual, en la que se edificaron la Catedral, el palacio de los Virreyes y la Casa Consistorial.

 Cortés dividió la ciudad en dos partes: en la central habitaban los españoles, y a su alrededor se conservarían los cuatro barrios indígenas: Thaquechiuhcan (Santa María Cuepopan), al NO; Atzacualpa (San Sebastián Atzacualco), al NE; Teopan (San Pablo Zoquipan), al SE, y Moyotlán (San Juan Moyotlán), al SO. La parte central, de traza simétrica, contrastaba con la disposición irregular de los barrios indígenas. Tlatelolco (Santiago de Tlatelolco), situada en el extremo norte de la isla, estaba separada de Tenochtitlán por el canal Tezontlalli, y lindaba con Santa María y San Sebastián. Para proteger la nueva ciudad se construyeron presas y nuevos canales (los principales afluían al lago de Texococo a través del dique de San Lázaro). Otros canales se rellenaron. Las calzadas aztecas fueron reparadas y reforzadas, pues los españoles introdujeron el tráfico de vehículos tirados por animales. A fines de la época colonial se construyeron nuevos accesos. El agua obtenida en los pozos de la ciudad sólo servía para usos domésticos y fue necesario reconstruir (1521-1530) el acueducto de Chapultepec, destruido durante el sitio; además (c. 1570) se levantó el acueducto de Santa Fe (acabado en el s.XVIII). Posteriormente la ciudad se abastecería con agua de Lerma y Xochimilco.

Edificios del s XVI y XVII:
De la antigua ciudad de Tenochtitlan no quedan más que los restos del templo mayor, que pueden verse en las proximidades de la plaza de Armas. Los antiguos pavimentos, escaleras y muros, con cabezas serpentinas empotradas guardan mayor interés arqueológico que artístico. Del primitivo México del s.XVI sólo queda parte de la estructura del hospital de la Concepción, fundado por Cortés. En 1563 se inició la construcción de la actual catedral, que sustituyó a la catedral vieja. La traza de esta nueva catedral se debe al arquitecto Claudio de Arciniega, y con su planta rectangular de tres naves, capilla de los Reyes, alzado de pilares de columnas y cubierta abovedada, sirvió de modelo no sólo a las restantes catedrales mexicanas, sino a otras muchas de la América hispana hasta fines del s.XVIII. Con sus fachadas del s.XVII y frontispicio, torres y cúpula del XVIII, su exterior es imponente, aumentándose el efecto de grandeza por contraste con la barroca fachada del Sagrario. En el interior de la catedral destaca el retablo de los Reyes, obra de Jerónimo de Balbás. También era de estilo barroco el coro, órganos y altar del transcoro, que fueron destruidos por un incendio. En las capillas, sacristía y demás dependencias se conservan importantes obras de pintura y escultura. Del s.XVII quedan en México buen número de efificios, en especial iglesias. Las más numerosas son las de los conventos de monjas, como San José de Gracia, la Concepción, Santa Teresa y San Bernardo. De los conventos masculinos quedan la iglesia de San Agustín, muy transformada, al ser habilitada para biblioteca nacional, y el claustro de la Merced, con rica decoración barroca. En la arquitectura civil, la mejor obra que se ha conservado es el palacio de los Virreyes, que fue construido de 1696 a 1703, para sustituir el incendiado por el motín de 1692. En 1927, el arquitecto Augusto Petricioli le añadió una nueva planta, recubrió la primera con tezontle y prolongó el remate del cuerpo central, colocando en él la campana de la Independencia.


 Fuente visitada. mgar.net/var/mexico3

2 comentarios:

  1. Muy documentado. Cada día me gusta mas el libro de ...llora sobre Mexico.

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  2. El Dios de la Lluvia Llora sobre México. es una buena novela.

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